29 noviembre 2008

La Leyenda del Alacrán de Durango


LEYENDAS DE MEXICO
En las postrimerías del siglo XIX, cuando el gobierno del General Porfirio Díaz se encontraba perfectamente consolidado, existió en la antigua cárcel de Durango, "La Celda de la Muerte"; llamada así, porque al desgraciado que metían allí, amanecía misteriosamente muerto. Sucedió en esta cárcel, que fue derrumbada posteriormente, y en lo que hoy es el centro de la ciudad, un hecho insólito que causó grandes confusiones a los carceleros y a todas las autoridades. Sucedía que todo preso que se encerraba en una de las celdas, y a la que tomaron horror, amanecía muerto al siguiente día, sin que nadie pudiera atinar la causa de ello. Aquella celda fue elegida para encerrar a los individuos más peligrosos y criminales. Varios individuos habían muerto ya en aquella celda maldita, y empezaron a esparcirse mil supersticiones acerca de ella.

Decían que un horrible espectro penetraba a media noche en la celda sin necesidad de abrirla, y estrangulaba a quien se encontraba dentro. Otros aseguraban que el ambiente del calabozo estaba envenenado, y no faltó quien asegurara que diariamente, a eso de las doce de la noche, la celda era visitada por el diablo que se llevaba el alma del infeliz, a quien le tocaba la mala suerte de ser asegurado en aquel siniestro calabozo.

En 1884, en la Hacienda de la Cacaria, vivía un joven moreno, alto y robusto llamado Juan. Le decían “Juan sin miedo” porque era un hombre que no conocía el temor. Un día llegó un perro rabioso a la hacienda, la población se alarmó y cerró las puertas de sus casas. En la escuela, el profesor no supo del peligro y les dio salida a los niños cuando el perro pasaba por allí. Al mirar desde su ventana el peligro, Juan sacó su escopeta para tirarle al perro y justo cuando le disparó al animal, una señora llamada Doña Elvira, se atravesó y la bala le traspasó el pecho muriendo casi instantáneamente. El perro perseguía a los niños, y Juan en vez de huir, cogió un hacha y golpeó la cabeza del perro dándole muerte. Juan, rápidamente fue con Doña Elvira y la cogió en los brazos, pero ya era muy tarde, ella había fallecido.
Juan fue encarcelado y tendría que pagar por su delito con 20 años de prisión. Después de estar 7 años prisionero en la cárcel de Durango, llegaron órdenes de sentenciarlo a "La Celda de la Muerte".
Luego se supo que el hijo del dueño de la Hacienda de la Cacaria, quería que Juan muriera para quedarse con su prometida. Cuando el director de la penitenciaría le preguntó a Juan. ¿Qué necesitas?, Juan le contestó: "un banco, una docena de velas de sebo grandes y una caja de cerillos". Cumpliendo con su petición, le entregaron lo que pidió y lo encerraron en la Celda de la Muerte. Mientras la vela se iba gastando, el joven comenzó a acordarse de toda su vida. Las horas parecían siglos, y hora tras hora contaba las campanadas que daba el reloj de la catedral.
Cuando ya el temor lo vencía, prendía la vela unos minutos y veía a su alrededor. Cual fue su gran sorpresa al ver un enorme alacrán de unos 30 centímetros de largo, que pronto se ocultó en su madriguera. Tomó los cerillos y apagó la vela, permaneciendo en silencio y dejando transcurrir el tiempo. El problema se concretaba en matar al animal, o cuando menos, no dejarse picar. Cuando el reloj sonó a las 5 de la mañana, encendió el cerillo y el cúbito de su última vela y miró el enorme alacrán que estaba a un paso de su banco; sin pensarlo mucho, se quitó el sombrero y lo arrojó sobre el animal, al ver que lo había atrapado, puso el banco sobre el ala del sombrero, asegurándose de que el arácnido no escapara. Se volvió a quedar a obscuras, y por unos minutos lloró sin poder contenerse. De lejos, se escucharon los pasos de los camilleros que venían por el cadáver de Juan para enterrarlo. Juan, con modestia después de saludarles, les pidió que le ayudaran a sacar al alacrán asesino. Juan fue indultado y puesto en libertad por su hazaña, volvió a la Cacaria y se casó con Lupe.
Durango, en la Actualidad.
El calabozo dejó de ser "La Celda de la Muerte", y volvió a su antiguo nombre: "La celda de San Juan". En la actualidad no existe la cárcel que se menciona, y a la distancia de un siglo, se perdió el lugar exacto de los acontecimientos, quedando entre los Durangueses, solamente el recuerdo de esta leyenda.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

nos gustaria saber adonde fue la carcel aunque remodelado pero sabeer exactamente el lugar e i,maginarnos o que en el lugar se mostraran fotos del lugar como fue

Anónimo dijo...

Yo soy nacida en durango y mi familia tambien y segun mis antesesores la carcel estaba donde hoy es la soriana centrosores la carcel estaba donde hoy es la soriana centro

Anónimo dijo...

yo tambien soy del estado de dgo pero yo me sabia esta leyenda de otra manera;ya que el personaje no se llama juan sino pedro rojas segun dice el corrido...quien fue pues juan o pedro alguien diga.

Anónimo dijo...

Pos yo noce pero compa mesalvaste la vida para no reprobar grax xd

Anónimo dijo...

yo soy d durango y mi mama nacio ahy en esa carcel y si se llamaba el sr pedro rojas y etaba ahy en dond esta soriana centro!!

Anónimo dijo...

io kreo voeno me dijeron ke era en el hotel el ke esta a un lado de soriana un saludo para todos mis amigos de aia atte. sandro varela

Anónimo dijo...

a las personas las mataban los policias... la excusas del alacran son para bobos

GRUPO IMPULSO JUVENIL dijo...

soy de durango la carcel estaba donde a hora es el hotel gobernador y la soriana centro

Anónimo dijo...

Chidas las historias de durango

Anónimo dijo...

hola yono soy de durango pero yomese la leyenda el señor sise llamaba juan pero deacuerdo al corrido le pusieron pedro rrojas

Anónimo dijo...

alguien sabe como se llama el corrido?

Anónimo dijo...

el nombre del corrido es LA CELDA 27

Anónimo dijo...

es Pedro Rojas, es mi tio, es de Congregacion Hgo coah, saludos

Anónimo dijo...

si es pedro rocas no,la contó mi maestro , la historia de LA CELDA 27

Anónimo dijo...

No mamen niño se dejen engañar no sean bobos