20 abril 2007

El OVNI de 1883


UFOLOGIA
Fotografía tomada por el astrónomo mexicano José Bonilla, en Zacatecas, México en 1883.
Esta se considera la primera fotografía sobre un OVNI.
El artículo de Bonilla fue publicado el 1 de enero de 1886 en “L’Astronomie”, bajo el siguiente título:


“EL PASO SOBRE EL DISCO SOLAR DE UN ENJAMBRE DE CORPÚSCULOS OBSERVADOS EN EL OBSERVATORIO DE ZACATECAS (MÉXICO).
Por: José Árbol y Bonilla (Director del Observatorio de Zacatecas, México).

“Tengo por costumbre en el observatorio de Zacatecas, situado a dos mil 502 metros sobre el nivel del mar, la observación diaria del estado de la superficie solar; dibujando, por vía directa y proyección, las manchas y granulaciones, como también las protuberancias de la cromosfera solar, valiéndome para ello del espectroscopio”.

“A este efecto, he adaptado el ecuatorial de 0.16 m de abertura, un aparato de proyección que recibe sobre una hoja de papel una imagen de Sol de 0.250 m de diámetro, ya que el campo de la lente no se proyecta más que en su superficie de 0.260 m y en forma poco clara. Cuando el disco solar ofrece cierto interés tomo fotografías de 0.067 m de diámetro, por medio de placas instantáneas de gelatinobromuro de plata”.

“El 12 de agosto de 1883, a las 08:00 horas de la mañana, comenzaba yo a dibujar las manchas cuando percibí de golpe un pequeño cuerpo luminoso que penetraba en el campo de la lente, dibujándose en el papel que me servía para reproducir las manchas, y recorría el disco solar proyectándose como una sombra casi circular”.

“No había salido aún de mi asombro cuando el mismo fenómeno se reprodujo nuevamente, y esto con frecuencia tal que en espacio de dos horas pude contar hasta 283 cuerpos atravesando el disco solar”.

“Poco a poco, las nubes dificultaron la observación, que no pudo reiniciarse hasta el momento del paso del Sol por el meridiano y sólo por 40 minutos, durante ese lapso se contaron de nuevo otros 48 cuerpos. Las trayectorias seguidas por esos cuerpos indican un desplazamiento directo del oeste al este, más o menos inclinado al norte o al sur del disco solar. En algunos minutos de observación noté que esos cuerpos que parecían negros y sombríos –unos perfectamente redondos y otros más o menos alargados–, al proyectarse sobre el disco solar ofrecían imágenes luminosas al abandonar los bordes y cruzando los campos del lente”.