30 septiembre 2009

El Misterioso Instinto Animal

Por: Pilar López Bernués
Colaboradora de Enigma 900 en Barcelona, España
http://www.plbernues.es.tl/

ARTICULOS ENIGMATICOS
Solemos decir que nosotros, los humanos, somos inteligentes y que los animales sólo se mueven por instinto, pero mi pregunta es: ¿De dónde parte esa sabiduría congénita que permite al resto de seres del planeta buscar alimento en el momento de nacer, entenderse con su especie, ponerse en pie o, como en el caso de aves migratorias, regresar al mismo nido tras un largo viaje?

Si analizamos un poco eso que llamamos INSTINTO hemos de aceptar que es un arma realmente poderosa y competente… ¿Dónde está ubicada?. Todos sabemos que los humanos, al nacer, somos los seres más indefensos del mundo, hasta tienen que darnos una zurra para que aprendamos algo tan obvio como es respirar… Luego, nuestra inteligencia se va desarrollando, somos capaces de investigar, aprender materias, dominar la naturaleza y hasta inventar genialidades como La Red…Pero observemos un poco cómo el instinto opera en el resto de seres, porque es insólito y fascinante si lo analizamos paso a paso.
  • Cualquier mamífero se pone en pie al momento de nacer, busca alimento y es capaz de comunicarse con su madre y otros miembros de su especie.

Muchas aves migratorias recorren cientos de km. cada año y son capaces de regresar al mismo nido. Eso especialmente me llama mucho la atención en el caso de las golondrinas, por ejemplo, que anidan en ciudades, porque si encontrar un lugar concreto en medio de una urbe ya tendría mérito, hay que tener en cuenta que las poblaciones cambian, que unos edificios sustituyen a otros, que donde había un parque puede haber un supermercado… ¡Vaya GPS!

Lo mismo cabe decir de los salmones, que regresan a desovar al mismo lugar en el que nacieron, o las tortugas…
¿Y el instinto maternal que muchas veces es más poderoso que el de la propia supervivencia? Los humanos podemos decir que, siendo racionales, amamos a nuestros hijos, pero… ¿qué animal no lo hace? ¿Cuántos viajes hacen una pareja de aves para alimentar a sus polluelos? ¿Cuántos riesgos corren muchas hembras mamíferas para defender a sus retoños, enfrentándose ciegamente al peligro? ¿Alguien ha visto cómo un cocodrilo traslada a sus crías en la boca?

Parece que eso que llamamos genéricamente “instinto” tiene algo de racional, sentimental o, tal vez, sea superado por otro instinto mayor: ¡Anteponer la supervivencia de la especie a la propia! Pero… ¿Qué ocurre cuando un perro, por ejemplo, expone su vida en una autopista (hemos podido ver en TV varios casos) para salvar a otro perro, o cuando defiende a muerte a su dueño y hasta muere de pena si al amo le pasa algo? Eso ya no es instinto de supervivencia de la especie antepuesto a la supervivencia propia, es algo más.


Los ejemplos serían innumerables, pero para abreviar voy a dar otro enfoque complementario. Muchos de nosotros tenemos mascotas. Perros, gatos y un largo etc. viven integrados en nuestra sociedad, lejos por tanto de una vida natural… ¿Cómo actúa entonces su instinto si no tienen que buscarse comida ni defenderse?
He podido observar que perros y gatos (posiblemente también otras especies supuestamente menos desarrolladas, pero escribo lo que conozco) son capaces de saber que su dueño regresa a casa mucho antes de abrir la puerta de casa, en ocasiones mucho antes de que se acerque al portal de la calle ¿Cómo lo consiguen? ¿Es por el sonido, por el olor, captan algo que a nosotros se nos escapa…?

Y ahora mi propio ejemplo: Tengo un Pastor Alemán, que es mi “sombra” y me sigue por toda la casa. Hace un mes mi marido me regaló un gatito. Era muy pequeño, sólo tenía mes y medio y cabía en una mano. De inmediato, el perro lo quiso oler y yo lo dejé pero sin soltar al bebé, porque de una simple dentellada el chucho podía cargárselo… Bueno, desde el primer momento, tras olerlo, lo lamió, lo lamió hasta dejarlo mojado. Yo estaba con el alma en vilo y en tensión pero el perro no hizo ademán alguno de agredirle y lo curioso es que el gato comenzó a buscarlo e ir tras él, sin miedo alguno. Unos días después el Pastor Alemán se empeñó en coger al gato con la boca; yo no lo dejaba, claro, pero al fin logró arrinconarlo y lo que hizo fue “tomarle medidas” sin apretar, como sopesando lo frágil que era… Bueno, ni que decir tiene que juegan (también se pelean de palabra: “marramiau y guau” ahí queda todo el conflicto) y se buscan todo el día. Pero algo sí me llamó especialmente la atención: La cocina de mi casa da a un patio grande en el que el perro tiene su comida. La puerta estaba abierta y el gato no había salido todavía a ese lugar, pero ya se sabe lo curiosos que son los felinos. Yo estaba de espaldas, fregando platos, cuando el minino salió al exterior… Me giré justo a tiempo para ver cómo el perro lo cogía con la boca y lo metía dentro de casa. ¿Intentaba protegerlo por si se perdía? Pues yo creo que sí, porque a la mañana siguiente el gato volvió a salir, yo estaba también en el exterior y el chucho, al verme a mi, ya se desentendió del tema…
¿Qué instinto hace que dos “enemigos” declarados, como son perros y gatos, convivan desde el primer momento, que el enano no sienta miedo y que el Pastor Alemán aparque sus celos (que los tiene)? Y también paciencia, cuando el pequeñajo se le cuelga de la cola, se sube encima del lomo y estira la pata para tocarle el hocico, provocándolo para jugar.
Los humanos usamos la inteligencia y los animales el instinto, vale, pero… ¿De dónde parte ese poder y conocimiento tan precisos? Lo que está claro es que la mayoría de los seres vivos son capaces de obrar más allá de lo que les marcaría un canon primitivo porque poseen también sentimientos. Sólo hay que observarlos con una mínima atención.


3 comentarios:

The Vitorz dijo...

La vida y la naturaleza son un gran misterio como dice la mama de Forrest Gump "La vida es una caja de chocolates nunca sabes lo que te va a tocar"

XD

ATLANTIS dijo...

Es increible pero cierto somos ciegos y sordos, solo nos miramos a nosotros como si fueramos lo mas , la evolucion en estado puro.....yo tengo un perro , lleva ya casi 10 años conviviendo con nuestra familia , ya es una mas ni es perro ni persona es un ser querido, desgraciadamente tiene cancer el higado el pancreas y el bazo , cualquier humano estaria ingresado en un hospital, quejandose y lamentando antes de que llege el tiempo de su fin , drako mi perro no se queja y cuando entremos a casa se levanta a duras penas y viene hacia nosotros meneando su cola, ESO NO LO HARIA NUNCA UN SER HUMANO , lo que quiero decir es que el resto de seres vivos al cual lo llamamos irracionales , son mejores que nosotros en muchos sentidos, dan amor sin pedir nada a cambio ,son inocentes ya que no saben el significa del bien ni del mal. EL MISTERIO NO ES EL INSTINTO ANIMAL,SI NO EL INSTINTO HUMANO.....

Pilar López Bernués dijo...

El gatito ya ha crecido, ya tiene algo más de un año, y es la TERNURA personificada. Duerme conmigo, siempre tocándome, me ronronea y me obsequia con todo tipo de "cariñitos" el más importante mordisquearme las orejas con sumo cuidado mientras ronronea. Por las mañanas, nos damos un beso esquimal (nariz con nariz) Y a pesar de que los gatos son poco habladores, Aneto me cuenta su vida. No hace mucho se me sentó en las piernas, mirándome, y me soltó una parrafada. Cuando acabó yo le dije: "Llegaste sin manual de instrucciones, tío". Bueno, el minino me tocó la cara con una patita, para reclamar mi atención, y me repitió lo mismo... ¿? Lo curioso es que entendió que yo estaba en ascuas, de modo que me miró con cara de asombro (imagino que pensaba que yo era rematadamente tonta)y al final se marchó en busca del perro.