12 octubre 2016

El Contacto Extraterrestre de Hermes Brasil | Parte 1: De implantes y extraños contactos…


 
Por: Rafael Oseguera
 
UFOLOGIA / CONTACTOS EXTRATERRESTRES
No podía Hermes salir de su asombro, cinco artefactos extraños se encontraban alojados en su corazón, nunca había sido intervenido quirúrgicamente y mucho menos tenía antecedentes cardiacos. Sin embargo ahí estaban cinco cuerpos ajenos, incrustados en sus entrañas. La radiografía no mentía, era contundente. Eran implantes completamente biocompatibles, y por sus características radiográficas eran objetos radiolúcidos que habían permitido el paso de los Rayos X a través de su cuerpo sin oponer resistencia alguna, por lo cual se descartaba de manera automática que se tratase de algo metálico o de consistencia molecular solida sino cinco estructuras más bien parecidas a un tejido blando pero bien delimitadas, como si fuesen de algún material orgánico y además compatibles cien por ciento con su organismo.
 
Radiografía que muestra claramente cinco objetos extraños en el corazón de Hermes.
 
Este incidente anormal no era algo nuevo en su vida, Hermes siempre estuvo ligado desde su infancia a situaciones paranormales que escapaban de cualquier explicación racional o científica, pero fue hasta su edad adulta cuando comenzó a otorgarles la importancia debida, como por ejemplo; la eterna presencia de esferas luminosas que lo siguen a todas partes, como si lo fuesen escoltando y es que estos hechos se fueron exacerbando cada vez mas y mas hasta llevarlo a contactar con extraños seres que no eran precisamente humanos.
 
“He visto seres de muchos tipos, de muchas razas distintas, he mirado seres grises, otros muy pequeños que son amorosos, de cabeza muy pequeña y digo amorosos porque pude notar como tres de ellos llevaban a una persona y eran muy finos en su trato, la trataban con delicadeza y ternura. También he visto seres reptiloides con cola de lagarto, otros de aspecto borroso, en fin, lo único que puedo decirte es que al parecer son seres de muchas especies diferentes”, comenta Hermes con prestancia y firmeza.
 
Fotografías que muestran las heridas inexplicables en el cuerpo de Hermes.
 
Fue en una expedición a las montañas cuando se encontró con un ser de apariencia “humana” en aquellos parajes desolados e inhóspitos, este individuo portaba unas gafas obscuras y viajaba como en una especie de bicicleta, su comportamiento era automatizado como si fuese un robot, cabe hacer mención que para este punto Hermes se encontraba perdido y atrapado en esas cumbres cuando ocurrió el contacto, este humanoide le auxilio para retomar el camino correcto despidiéndose con el de una manera por demás inquietante, -“tendré que subir para fortalecer mis ancas”-, Hermes siempre supo que esa cosa NO era humana a pesar de que en su apariencia física, el ente, lo era. Los humanos no poseen ancas como los anfibios batracios (ranas y sapos).


 
 Una noche Hermes soñaba plácidamente con sus amigos del colegio cuando súbitamente su sueño fue interrumpido por un misterioso ser, su rostro estaba cubierto completamente, lo inmovilizo tomándolo abruptamente por su brazo y con una especie de tubo metálico lo quemo, dejando una dolorosa marca en su mano, y en su pie, como si hubiese sido herrado. Al despertar asustado se reviso rápidamente para cerciorarse que no se trataba de otra cosa más que una simple pesadilla sin embargo para su sorpresa su mano y pie ardían, tenía unas inexplicables heridas, dos horas más tarde estas marcas se convirtieron en pústulas a través de las cuales podía observarse un objeto de color rojo acrílico, como si fuesen implantes que hubiesen sido rechazados por su cuerpo… ¿Cómo era esto posible?
CONTINUARA... 

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