Pascua: Isla de misterio
Por: Elías Marín
Pascua se encuentra en uno de los vértices que, junto a Nueva Zelanda y Hawai, delimitan triangularmente el área de la polinesia, con cuya milenaria cultura comparte la mayoría de sus rasgos distintivos. Se halla a unos 2000 km. Del territorio poblado más cercano (las islas Pitcairn) y a 3700 de la costa continental chilena (a cuya nacionalidad pertenece). Solo mide 17 Km. de largo por 11 de ancho.
Moais ¿Cómo se trasladaron?
Moai significa “imagen” en lengua rapanui y existe bastante unanimidad a la hora de interpretar estas figuras como representaciones de los antepasados: los muertos de los jefes rapanuis, cuyo espíritu vigilaba a los vivos. Estas moles de piedra fueron trabajadas en su inmensa mayoría en el lecho del volcán Rano Raraku, cuyas laderas albergan 397 de las cerca de 900 figuras contabilizadas. Aunque su tamaño y peso medios son, respectivamente, de 4 metros y 12,5 toneladas, la más pequeña apenas supera el metro de altura y la más grande – un gigante en toba volcánica que reposa en la cantera del Rano Raraku- alcanza 21.6 metros y 170 toneladas. Los moais se completaban en sus recintos finales – los centros ceremoniales llamados ahu moais- con la preparación de las cavidades en las que se colocaban los ojos de coral blanco decorados con pupilas rojas, así como el pukao, el tocado o sombrero que todavía lucen algunas figuras y que por sus dimensiones no dejan de constituir otro enigma. El mayor misterio surge, no obstante, a la hora de explicar la forma en la que los moais fueron trasladados desde la cantera hasta sus ubicaciones finales, a lo largo de recorridos que superan los 7 kilómetros, así como el modo en que fueron erigidos de nuevo y coronados por sus pesados tocados. Las explicaciones, basadas en el uso de cuerdas, trineos, troncos como rodillos y, por supuesto, la pericia de los rapanuis, tienen sin embargo muchas lagunas, y los intentos por reproducir experimentalmente el proceso, como el llevado a cabo por Thor Heyerdahl, han dejado huellas imborrables en estos gigantes que no poseen los erigidos por los pascuenses. La hipótesis más heterodoxa explica el traslado de los moais gracias al mana, una supuesta energía invisible presuntamente manejada por los sacerdotes rapanuis al concentrarse en una roca esférica llamada Te Pito Kura y emitir determinados sonidos.
La Conexión Egipcia
En su obra el espejo del paraíso el británico Gram. Hancock establece varios rasgos coincidentes entre la cultura rapanui y la egipcia:
- La leyenda fundacional relacionada con los 7 sabios exploradores explica que partieron de Hiva, una isla que se hundía. En los textos de Edfú se cuenta la historia de 7 dioses constructores que huyeron del valle del Nilo desde una isla que también se hundía.
- En ambos casos una de las misiones de los exploradores en la nueva tierra era marcar determinados lugares como sagrados y construir montículos en ellos. Se ha comprobado que algunos ahus de Pascua se levantan sobre otros más antiguos; de la misma forma que algunos templos egipcios se erigen sobre otros que la tradición atribuye a los Shemsu Hor.
- Tanto unos como los otros eran consumados constructores y navegantes que utilizaron diversas variedades de juncos para construir embarcaciones.
- Existe una tradición rapanui según la cual Hotu Matúa habría descendido a la tierra una embarcación, y de hecho en Pascua hay un determinado tipo de ahu que tiene forma de barco. La misma idea la encontramos en Egipto, donde el concepto de barco-tumba estaba muy extendido.
- La fuerza mana de Pascua es similar a la hekau egipcia.
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