“The Walking Dead” es un programa que está rompiendo todos los records de audiencia. En un principio nadie creyó que una serie de zombis gustaría tanto a telespectador, salvo por los fans de este tipo de historias “gore”, y ahora hasta los que no eran seguidores de este género esperan con ansias un nuevo capítulo de la mencionada historia.
Si bien “The Walking Dead” tiene algunas inconsistencias en muchos aspectos de la historia como por ejemplo, el no contagiarse los sobrevivientes al estar en contacto directo con la sangre de “los caminantes” misma que entra por su boca, heridas en la piel y ojos durante los enfrentamientos con estos seres, el último episodio toco por primera vez el tema sobrenatural y es que cuando los presos salen a pedir una oportunidad para unirse al grupo de Rick uno de ellos dice: “…hay fantasmas”.
Si bien “The Walking Dead” tiene algunas inconsistencias en muchos aspectos de la historia como por ejemplo, el no contagiarse los sobrevivientes al estar en contacto directo con la sangre de “los caminantes” misma que entra por su boca, heridas en la piel y ojos durante los enfrentamientos con estos seres, el último episodio toco por primera vez el tema sobrenatural y es que cuando los presos salen a pedir una oportunidad para unirse al grupo de Rick uno de ellos dice: “…hay fantasmas”.
Me parece trascendental esta expresión en la serie porque de inmediato se imagina uno la horda de almas en pena que andarán rondando por todos lados tras ser víctimas de esa macabra infección, ser asesinados a mansalva por otros sobrevivientes y en el peor de los casos el ser devorado por los muertos vivientes. Este argumento abre la puerta al mundo de ultratumba y enriquece literariamente al guion haciéndome recordar de inmediato a Oscar Wilde. Bien por esta historia que capitulo a capitulo mantiene al filo de las emociones a todos sus seguidores alrededor del mundo y que hace una sutil entrada al mundo paranormal.
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