MISTERIOS DEL MUNDO
Se utiliza el término combustión espontánea humana para
describir los casos de incineración de personas vivas sin una fuente externa de
ignición aparente. Aunque existen multitud de hipótesis sobre la combustión
espontánea, la posición mayoritaria es de escepticismo sobre la propia
existencia del fenómeno. Los defensores de la existencia de este fenómeno
contabilizan alrededor de 200 casos desde el siglo XVIII.
El Dr. John Bentley era un cirujano retirado de 92 años. El
4 de diciembre de 1966 unos amigos estuvieron de visita en su casa y se fueron
alrededor de las 9 de la noche. A la mañana siguiente, Gosnell, un empleado de
la compañía eléctrica fue a revisar el contador del Dr. Bentley. Dado que
Bentely tenía problemas de movilidad y sólo podía andar con su andador, Gosnell
tenía permiso de éste para entrar en el sótano siempre que fuera necesario.
Cuando bajó al sótano, Gosnell notó un extraño olor y un hollín azulado, por lo
que subió al piso a investigar. El dormitorio estaba lleno de humo, y en el
cuarto de baño encontró los restos de John Bentley. Lo único que quedaba de él
era un montón de cenizas y su pie derecho. Cerca de los restos estaba su
andador, con los mangos de plástico todavía intactos.
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