07 enero 2007

Historia de OVNIS

Por: Rafael Oseguera

ARTICULOS ENIGMATICOS
Cuando Kenneth Arnold sobrevolaba su avión observo una flotilla de OVNIS, a partir de ese momento nació uno de los fenómenos sociológicos más fabulosos de todos los tiempos el fenómeno OVNI.

Testimonio de Kenneth Arnold: El martes 24 de junio de 1947 había terminado mi trabajo para la central Air Service de Chehalis, Washington, y a las dos de la tarde despegué de ese aeropuerto con la intención de dirigirme a Yakima, Washington. Mi viaje se retrasó durante una hora con el fin de buscar un gran transporte de la Marina que se suponía había caído en el lado sudoeste del monte Rainer o en sus alrededores, en el estado de Washington, y que no se ha encontrado hasta el momento.
Volé directamente hacia el monte Rainer, tras haber alcanzado una altitud de 9500 pies, que es aproximadamente la elevación de la alta meseta de la que surge el monte Rainer. Hice un vuelo de rastreo por el lado oeste de la elevada altiplanicie buscando en aparato, y luego descendí hasta la vertiente lateral del cañón, en donde se encuentra Ashford, Washington.
Como no pude ver nada que se pareciera a la nave perdida, di un giro de 300 grados a la derecha por encima de la pequeña ciudad de Mineral, y me dirigí nuevamente al Mount Rainier. Me elevé a una altitud de 9200 pies.
El aire estaba tan tranquilo ese día que volar se convertía en un auténtico placer y, como hacen casi todos los pilotos cuando están a gran altitud y se encuentran con esas condiciones atmosféricas, puse mi avión en dirección a Yakima, Washington, que estaba casi al este de mi posición, y me senté a observar el cielo y la tierra.
A mi izquierda, a unas quince millas de distancia y creo que a 14000 pies de altitud, había un DC-4.
El cielo y el aire eran limpios como el cristal. Apenas llevaba dos o tres minutos con ese curso cuando observé sobre mi avión el reflejo de un fulgor brillante.
Me sorprendió, pues creía que se debía a que me encontraba muy cerca de algún otro aparato.
Escudriñé el cielo en todas direcciones, pero no pude encontrar el origen del reflejo hasta que miré hacia la parte septentrional del monte Rainer, en donde observé una cadena de nueve aparatos de extraño aspecto que volaban del norte a sur a una altitud aproximada de 9500 pies, con una dirección definida de unos 170 grados.
Se aproximaban rápidamente al monte Rainer, por lo que supuse se trataba de aviones a propulsión a chorro. De cualquier manera, el caso es que descubrí que el reflejo procedía de ellos, pues cada pocos segundos dos o tres descendían o cambiaban ligeramente de posición, de forma que el sol incidía en ellos en un ángulo que permitía el reflejo directo en mi avión.
Como los objetos estaban muy lejos, durante varios segundos no pude darme cuenta de cuál era su forma o su formación. Enseguida se acercaron al monte Rainier y pude ver sus perfiles contra la nieve con mucha claridad.
Me resulto extraño no verles la cola, pero supuse que se trataba de algún tipo de aviones a propulsión a chorro. Decidí medir su velocidad, pues tenía dos puntos definidos que me permitían hacerlo. El aire estaba tan claro que era fácil ver los objetos y determinar su forma y tamaño a casi 50 millas de distancia.
Recuerdo bien que en el reloj colocado en el panel de conducción faltaba un minuto para las tres cuando el primer objeto de la formación pasó al borde sur de monte Rainier. Observé los objetos con gran interés, pues nunca había visto antes aviones que volasen tan cerca de las cimas de las montañas. Volaban en dirección sur-sud-este, descendiendo por la parte trasera de una cadena de montañas. Creo que su altitud podía variar en mil pies hacia arriba o hacia abajo, pero desde mi punto de observación se mantenían en el horizonte, lo que indicaba que mantenían la misma altitud que yo.Volaban de la misma forma que he visto hacerlo a los gansos, como si estuvieran unidos en una formación diagonal. Parecían mantener una dirección definida, pero aparecían y desaparecían tras las cimas de las más altas montañas. En aquel momento su velocidad no me impresionó, pues sabía que nuestro ejército y fuerza aérea tenían aviones muy rápidos.
Lo que me asombraba al verlos seguir su camino bajo el sol era que no podía ver sus colas, y estoy seguro de que cualquier piloto sentiría que vale la pena observar con detenimientos esos aviones.



La Noticia en la Prensa
Nueve objetos brillantes en forma de "plato" volando a increíble velocidad a una altura de 3000 metros (10.000 pies) fueron reportados ayer (junio 24, 1947) por el piloto Kenneth Arnold en Boise, Idaho, quien desestimó especular acerca del origen de los mismos.Arnold, empleado del Servicio Forestal de los EEUU., se encontraba abocado a la búsqueda de un aeroplano perdido cuando observo los misteriosos objetos el día jueves a las 15:00 h. Los objetos volaban entre el Monte Rainier y el Monte Adams en el estado de Washington, según afirmó, y parecían hacerlo en formación. Arnold, indicó haber cronometrado su vuelo y estimó que se desplazaban a una velocidad de cercana a los 2000 kilómetros (1200 millas) por hora. Interrogado en Yakima (Washington) acerca del suceso, manifestó estar perplejo pero añadió haber conversado con una persona que no identificó procedente de Ukiah (California) quien le aseguró haber visto objetos similares el 22 de junio sobre las montañas de Ukiah. "Parece imposible, añadió Arnold, pero así es".
Nota: Esta noticia fue transmitida por la Agencia Associated Press, y el cronista Williams Bequette malinterpretó las explicaciones de Arnold y utilizó el termino "platillos" aludiendo a la forma de los objetos y no a su movimiento.
En declaraciones al periódico "East Oregonian", es en esos momentos cuando Arnold para describir su experiencia recurrió a la famosa descripción, conocida mundialmente, y la cual quedo para la historia… "volaban como platos saltando sobre la superficie del agua".



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